miércoles, 20 de abril de 2016
SHANE MCMAHON ES EL MEJOR PARA LOS NEGOCIOS DE WWE
La ausencia de The Authority le dio un aire fresco a WWE. Tras WrestleMania es tradición el debut de nuevos valores para la empresa de lucha libre. Pero este factor se vio resaltado por un detalle: Shane McMahon como artíficie del lavado de rostro.
Luego de perder en WrestleMania 32 contra The Undertaker, Vince McMahon quiso demostrar que de todos modos el ascenso al poder de Shane sería un error, por lo que le permitió meter la pata dirigiendo el Raw considerado el más importante del año por tratar las repercusiones del magno evento.
El trabajo de Shane fue alabado por todos los rincones de la lucha libre. Como señala el columnista Brad Jones de Bleacher Report, el apoyo y respaldo masivo en redes sociales incitó a que el siguiente lunes Shane controle una vez más los caballos de WWE en Raw. La segunda emisión fue aún más destacada.
Es un nuevo gobernador, pero no un remodelador. WWE parece seguir su curso normal, pero la presencia de Shane está dando un segundo aliento a la empresa de los McMahon por un sencillo factor: está siendo un completo contraste de la figura de The Authority, según indica Jones.
El aura del jefe malo fue ideado por Vince McMahon desde 1990. Pasó de ser un promotor de lucha libre a alguien autoritario que tiene un grupo de súbditos que tienen que obedecerlo. Este personaje fue encarnado en diferentes ocasiones por otras personas: desde Vicky Guerrero hasta su hija Stephanie McMahon. Pero esto no es lo que representa Shane.
The Authority había adoptado una rutina: fastidiar la vida a su rival. Pasó así con Daniel Bryan y fue lo mismo con Roman Reigns. Baso todas sus decisiones en WWE con la ambición de estar por encima del resto y destacando su lucha contra sus 'apestados'. Eso volvió a la facción predecible y hasta aburrida en contados casos.
Pero Shane quiere calidad, no poder -al menos su figura dentro de WWE-. Buscó formulas en luchas de gran interés: prueba es uno de los más fanáticos Fatal 4-Way de los últimos años para designar al nuevo retador del título máximo de la empresa.
Cabe precisar que estas acciones no es parte del genio visionario de Shane, sino de una apuesta del equipo creativo de WWE: el mismo que la pifió en múltiples ocasiones teniendo a Triple H y Stephanie McMahon como figuras de autoridad.
Jones aporta en su columna que el jefe antagonista sirvió a figuras como Stone Cold a sobresalir en los 90. Pero para luchadores como Sami Zayn o Apolo Crews, -incluso Roman Reigns- un jefe de su lado puede benificiarlos en el sentido de estar respaldados con el público porque todos son simpáticos para ser celebrados.
Al tener a alguien como Shane de autoridad, el elenco completo deja de estar subordinado al jefe. Permite interacciones para que los buenos dejen de ser pisoteados. Llega a explotar las cualidades de luchadores con la personalidad de Kevin Owens -como se vio en el Raw de 11 de abril-. Y lo más importante: volvió a despertar un interés sincero en el producto de WWE.
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